Los animales también proveen numerosos beneficios medicinales. Ciertos animales marinos producen sustancias químicas con un gran potencial como agentes contra el cáncer. Ya se han extraído antibióticos de esponjas marinas. También tienen gran potencial para la creación de drogas contra el cáncer las anémonas de mar, gusanos segmentados, ostras, cohombros de mar, tiburones, mantarrayas y muchos otros. Otras especies poseen sustancias que pudieran ser medicinas antivirales y antibacterianas, anticoagulantes, contraceptivos y para el control de úlceras y de la hipertensión. Un producto químico, la citarabina, obtenido de una esponja se usa para tratar la leucemia y las infecciones de herpes. El veneno de una víbora malaya, que tiene una sustancia llamado ancrodo, es un anticoagulante que se usa para prevenir la formación de coágulos de sangre que pueden determinar ataques cardíacos. El veneno de las abejas puede aliviar la artritis.
Tampoco debemos olvidar la utilidad de ratas, ratones, monos y chimpancés en la investigación y experimentación de medicinas para humanos. Estas criaturas son usadas en grandes cantidades para ayudar a comprender la salud humana y las enfermedades a través de la prueba de numerosas posibles toxinas y agentes causantes de cáncer. Otros animales, como los elefantes, están siendo estudiados bajo 'stress' para tener ideas de las causas de enfermedades del corazón en humanos. Para investigar como funcionan los nervios humanos, se usan calamares. Los armadillos se usan en el estudio de la lepra. Y muchos otros animales como mosca de las frutas, ratones, conejillos de Indias, avispas, salamandras, erizos de mar, mariposas, se usan para estudiar genética, embriología y desarrollo humano, permitiendo de una forma indirecta luchar contra defectos congénitos, mongolismo, anemia falciforme, y otros. Otros animales (y plantas) son usados por sensibilidad a contaminantes: los líquenes son muy buenos indicadores en cuanto a esto, y las serpientes también tienen un potencial considerable en la detección de contaminación ambiental.
Para las especies en peligro que son útiles económicamente existen otras alternativas; es posible encontrar otros organismos que no se encuentre en peligro de extinción. Por ejemplo, anteriormente se usaban los chimpancés para probar vacunas contra la hepatitis B; sin embargo, se encontró que la ardilla terrestre de Beechey, abundante en el Oeste de Estados Unidos, era susceptible a un virus muy similar y se ha convertido en una excelente especie para experimentar con la vacuna. Para otros animales experimentales, la reproducción en cautiverio pudiera ser de utilidad para así conservar los animales silvestres.
También en la provisión de alimentos para los humanos son útiles los animales y plantas en peligro. Todas las plantas y animales domésticos que usamos hoy en día como alimento descienden de especies salvajes.
Tampoco debemos olvidar la utilidad de ratas, ratones, monos y chimpancés en la investigación y experimentación de medicinas para humanos. Estas criaturas son usadas en grandes cantidades para ayudar a comprender la salud humana y las enfermedades a través de la prueba de numerosas posibles toxinas y agentes causantes de cáncer. Otros animales, como los elefantes, están siendo estudiados bajo 'stress' para tener ideas de las causas de enfermedades del corazón en humanos. Para investigar como funcionan los nervios humanos, se usan calamares. Los armadillos se usan en el estudio de la lepra. Y muchos otros animales como mosca de las frutas, ratones, conejillos de Indias, avispas, salamandras, erizos de mar, mariposas, se usan para estudiar genética, embriología y desarrollo humano, permitiendo de una forma indirecta luchar contra defectos congénitos, mongolismo, anemia falciforme, y otros. Otros animales (y plantas) son usados por sensibilidad a contaminantes: los líquenes son muy buenos indicadores en cuanto a esto, y las serpientes también tienen un potencial considerable en la detección de contaminación ambiental.
Para las especies en peligro que son útiles económicamente existen otras alternativas; es posible encontrar otros organismos que no se encuentre en peligro de extinción. Por ejemplo, anteriormente se usaban los chimpancés para probar vacunas contra la hepatitis B; sin embargo, se encontró que la ardilla terrestre de Beechey, abundante en el Oeste de Estados Unidos, era susceptible a un virus muy similar y se ha convertido en una excelente especie para experimentar con la vacuna. Para otros animales experimentales, la reproducción en cautiverio pudiera ser de utilidad para así conservar los animales silvestres.
También en la provisión de alimentos para los humanos son útiles los animales y plantas en peligro. Todas las plantas y animales domésticos que usamos hoy en día como alimento descienden de especies salvajes.
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