El Tapir, danta, anteburro o tzimín (en maya) cmo se le conoce en diversas regiones, existe desde hace millones de años y es el único representante en América del Norte de los Perissodactyla, ungulados de dedos nones, ya que el caballo y el burro -sus familiares más cercanos-provienen del viejo mundo.
El tapir es un animal corpulento, con piernas cortas y naríz alargada, parecida a una pequeña trompa, pero que no sirve como tal, sino que le ayuda a tener buen olfato, característica distintiva de su especie, como lo es también el oído, virtudes que de alguna manera lo compensan por su deficiente vista.
Debido a la cacería indiscriminada, la destrucción de su hábitat, su bajo potencial reproductivo y su docilidad, su población se ha reducido considerablemente. Hasta hace algunos años era posible hallarlos desde el sur de México hasta el oeste de los Andes peruanos, y del norte de Colombia al Golfo de Guayaquil, pero en la actualidad sólo se encuentra "de manera remanente en Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán".
Los tapires no pueden vivir en cualquier medio, a pesar de la extensión de su territorio original, ya que necesitan un medio ambiente bien conservado, con escasa perturbación por parte de la actividad humana, y que cuente con ríos, lagunas o aguadas, por la protección que les ofrecen.
El tapir es un animal corpulento, con piernas cortas y naríz alargada, parecida a una pequeña trompa, pero que no sirve como tal, sino que le ayuda a tener buen olfato, característica distintiva de su especie, como lo es también el oído, virtudes que de alguna manera lo compensan por su deficiente vista.
Debido a la cacería indiscriminada, la destrucción de su hábitat, su bajo potencial reproductivo y su docilidad, su población se ha reducido considerablemente. Hasta hace algunos años era posible hallarlos desde el sur de México hasta el oeste de los Andes peruanos, y del norte de Colombia al Golfo de Guayaquil, pero en la actualidad sólo se encuentra "de manera remanente en Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán".
Los tapires no pueden vivir en cualquier medio, a pesar de la extensión de su territorio original, ya que necesitan un medio ambiente bien conservado, con escasa perturbación por parte de la actividad humana, y que cuente con ríos, lagunas o aguadas, por la protección que les ofrecen.
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