jueves, 17 de abril de 2008

De ser el animal más respetado y admirado desde la época prehispánica, el jaguar pasó a ser la especie más acosada y perseguida en el país. La belleza de su pelaje lo ha hecho una de las presas favoritas de los traficantes de pieles. Tan sólo en los últimos cuatro años se han cazado más de 27 jaguares en el noroeste de México, es decir, más de una cuarta parte de la población en esa zona; actualmente se calcula entre 100 y 150 el número de ejemplares.
Respecto al jaguar, subrayan que ha perdido más de 60 por ciento del territorio que ocupaba en el país. "Originalmente, el jaguar -el mayor felino silvestre del continente americano y el tercero en tamaño, después del león africano y el tigre asiático- habitaba desde el Cañón del Colorado, en Estados Unidos, hasta las pampas de Argentina, en Sudamérica; en México se encontraba de manera continua desde el norte hasta la península de Yucatán. Ahora, lo que queda son poblaciones aisladas, como en Sonora, donde pese a adaptarse a la zona semidesierta y al clima extremo, su supervivencia es amenazada, y se calcula que la población no supera los 150 ejemplares y poco menos de dos mil en todo el país".

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